El Oro, Ecuador: cómo una minera recuperó la continuidad operativa con la Tsurumi KRS2-80
El reto: lodos abrasivos que frenaban la producción
En la provincia de El Oro, una minera convivía con un problema que no dejaba de crecer:
los lodos altamente abrasivos desgastaban bombas y tuberías, se formaban sedimentos en los pozos y el sistema perdía caudal.
El resultado era conocido por todos: paradas no programadas, cuadrillas atareadas cambiando piezas y una operación que iba y venía, pero rara vez a su máximo potencial.
Más allá del costo de los repuestos, el impacto tocaba tres frentes sensibles:
Disponibilidad: cada parada interrumpía procesos aguas arriba y aguas abajo.
Seguridad: el acceso a zonas encharcadas elevaba el riesgo para el personal.
Ambiente: el manejo incorrecto del lodo podía generar re-trabajos y desperdicios.
La propuesta de Inducom: robustez que hace diferencia
Para cortar de raíz el ciclo “desgaste–reemplazo–parada”, Inducom Ecuador recomendó una solución de trabajo severo:
la bomba de achique Tsurumi KRS2-80.
Es un equipo pensado para sitios donde el lodo no perdona: minería, construcción y pit de excavaciones con sólidos sedimentados.
El corazón de la propuesta está en el conjunto hidráulico:
Agitador de alto cromo: remueve sedimentos y pone el material en suspensión, favoreciendo una succión continua.
Materiales de larga vida: impulsor de dúctil/alto cromo, carcasa en hierro fundido, sello mecánico en carburo de silicio y eje inox 420.
Motor confiable: 4 polos (1800 rpm) con protección térmica interna.
Oil Lifter patentado: sistema de lubricación que mantiene el sello aceitado y reduce mantenimiento.
Desempeño que sostiene la operación
Caudal máximo: 450 GPM (≈ 1,7 m³/min).
Altura máxima: 49 ft (≈ 14,8 m).
Flujo estable y controlado, incluso con material abrasivo.
Puesta en marcha: simple y sin sobresaltos
La instalación se planificó para aprovechar la obra civil existente.
Se verificaron niveles, se ajustó la longitud de descarga, se chequearon conexiones eléctricas y se dejó un plan de arranque y purga para el turno.
En las primeras horas ya se notaba un bombeo más limpio, con menos acumulación de sólidos en el fondo.
Lo que cambió en la mina
A los pocos días, el equipo de operaciones reportó:
Menos paradas correctivas y más continuidad de bombeo.
Reducción del atasco por sedimentos gracias al agitador.
Menor desgaste prematuro en impulsores y sellos.
Operación más segura y ordenada en el área del pozo.
No es magia; es un sistema que trabaja como fue diseñado: mover lodo con abrasión constante y hacerlo sin dramas.
Por qué esta bomba encaja tan bien en minería
Porque el “ambiente real” no se parece al catálogo. La KRS2-80 está hecha para:
Partir sedimentos y mantener el material en suspensión.
Resistir impacto y erosión gracias a sus aleaciones.
Operar con ciclos largos sin perder lubricación en el sello.
Trabajar donde se necesita caudal sostenido con alturas medias.
Buenas prácticas que aprendimos en el proyecto
Pequeños hábitos que multiplican la vida útil:
1. Revisar tensión y amperaje en cada cambio de turno.
2. Mantener despejada el área de succión; el agitador no reemplaza la limpieza.
3. Programar inspección del sello mecánico (mirilla de aceite) y cambiarlo según horas de servicio.
4. Usar mangueras y accesorios con diámetro correcto y curvas amplias para evitar pérdidas.
5. Documentar caudal/altura y tendencias: si el caudal cae, actuar antes de que se detenga.
¿En qué otras aplicaciones funciona bien?
Frentes de obra civil y excavaciones profundas.
Pozo de construcción con gran ingreso de sólidos.
Plantas de agregados y túneles con lodo abrasivo.
Minería a cielo abierto y subterránea con bombeo continuo.
El rol de Inducom
Inducom no solo lleva equipos; lleva criterio técnico, repuestos y soporte local.
Acompaña en la selección, la puesta en marcha y en el ciclo de mantenimiento para que la bomba rinda lo que promete.
Ese seguimiento es lo que convierte a un proveedor en socio de operación.
Conclusión: continuidad que se nota
En El Oro, la Tsurumi KRS2-80 devolvió al sistema el caudal que necesitaba y bajó la presión sobre las cuadrillas de mantenimiento.
La operación ganó eficiencia, orden y tiempo útil de bombeo.
Para la minera, el caso dejó una lección clara: cuando el lodo es el enemigo, la robustez es la mejor estrategia.
