Los sistemas contra incendios constituyen un conjunto de equipamientos diversos integrados. Los sistemas contra incendios se basan en dos tipos de medidas de protección pasiva y de protección activa.
El tipo de sistema a instalar en una edificación depende del uso que se le va a dar. Pueden ser para usos administrativo, comercial, hospitalario, residencial, etc. Sus dimensiones van a depender de la altura de evacuación. Sus características técnicas van a depender de los tipos de fuegos a los que se enfrentará, su carga térmica, entre otros.
En cuanto a los materiales a implementar en un sistema contra incendios, estos deben ser de dos tipos. Primero, que sean resistentes a la acción de los biocidas. Segundo, que no favorezcan la aparición de la biocapa.
Los sistemas contra incendios se han diseñado como instalaciones de agua cerradas. En algunos casos sólo se activan en caso de incendio. Con la destrucción del elemento final, esta situación hace muy difícil o incluso imposible la realización de un posible tratamiento de desinfección de las redes. Por tanto, es recomendable disponer de sistemas que permitan la completa circulación del agua por las redes de distribución del sistema.
Es recomendable disponer siempre de un punto de muestreo en un punto alejado del aljibe o punto de suministro de agua al sistema. Y válvulas de drenaje que permitan vaciar la instalación al completo en caso de ser necesario. El vaciado completo de un sistema contra incendios, deja sin protección el edificio y puede plantear problemas en caso de incendio en ese instante. Por lo que se recomienda determinar qué tipo de medidas de protección alternativas serian consideradas válidas.
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