Se implementó un sistema de control y activación remota. Esta automatización inicia con el encendido del motor eléctrico. Este anteriormente se encendía solo manualmente. Aplicando la automatización, este nuevo control es capaz de activar el motor y todo su mecanismo de proceso. Tan solo desde una consola instalada en el mismo lugar, en un punto estratégico del sistema de riego.
Esto se vuelve más interesante cuando este nuevo sistema de control, se transforma de una activación desde un punto estratégico local, a una activación completamente remota. Es decir, que es capaz de activar todo el mecanismo eléctrico que pone en completo funcionamiento al sistema de riego desde un ordenador ubicado a kilómetros de distancia.
Para conseguir esta automatización, el equipo controlador se adapta al sistema de GPS para captar las señales. Este sistema permite al equipo controlador adquirir estas señales para transfórmalas en señales de estado, encargadas de poner en marcha al equipo de activación, desde el ordenador destinado.
El tablero de control es el que da las señales de velocidad. Es por esto que es el encargado de ofrecer principalmente tres protecciones para optimizar el funcionamiento del sistema de riego. La primera protección es contra flujos que a menudo se producen por el funcionamiento de las bombas en vacío. En caso de que el switch de flujo no capte la señal adecuada apagará el equipo. Así mismo, es capaz de controlar la temperatura del motor y presión de aceite todo de manera automatizada y estratégica dentro del sistema de riego.