Cuando hablamos de reductores de
velocidad, por lo general nos referimos a ese extenso campo de la maquinaria
formado por diversas herramientas que permiten controlar la velocidad generada en
un elemento a través de su motor. Es decir, los reductores de velocidad son los
encargados de adaptar la velocidad dentro de la máquina en todo
momento, para que no ocurran imprevistos y el funcionamiento de ésta siempre
sea óptimo.
Pero, ¿qué tipo de elementos entran en
funcionamiento para adaptar la velocidad del vehículo o máquina en cuestión? Es
en este punto donde los reductores de velocidad cogen gran importancia, puesto
que ellos cumplen con su función mediante el uso de uno o varios pares de engranajes,
los cuáles son montados en el cuerpo del reductor. De esta manera, la tarea de
adaptar la velocidad y controlar la potencia mecánica del vehículo resulta
mucho más sencilla, y los usuarios no tienen que estar preocupados por su mal
funcionamiento.
Principales
características de un reductor de velocidad
Como ya se ha comentado en el apartado
anterior, no todos los reductores de velocidad son iguales, por lo que conviene
saber diferenciarlos correctamente para obtener las mayores prestaciones posibles.
Antes de nada, lo más recomendable es analizar las características del
proceso industrial en cuestión, y ver qué tipo de reductor de velocidad se
puede adaptar mejor en cada caso.
Y es que dependiendo de la potencia, del
número de polos y de la tensión de alimentación se pueden llevar a cabo un tipo
de prácticas u otras, para no forzar así en ningún momento el funcionamiento
del reductor de velocidad. Además, el comprador del reductor también debe tener
en cuenta otras factores como la duración del servicio, los arranques
por hora, el tipo de carga (uniforme, continua, con choque,
etcétera), el tipo de acople (directo, correa, cadena, etcétera),
el eje de salida o la velocidad de entrada y salida en RPM.
Una vez aclarada la utilidad principal del
reductor de velocidad, el usuario debe prestar atención a los distintos tipos
de reductores disponibles en el mercado, los cuáles van desde
los reductores de coronas sin fin hasta los reductores
ortogonales, los reductores paralelos, los reductores
pendulares y los reductores coaxiales.
Reductores
de velocidad más demandados en el mercado
Sin duda alguna, cuando se habla de reductores de velocidad la mayoría de los usuarios piensa en un reductor de coronas sin fin, puesto que este es quizás el tipo de reductor más sencillo del mercado. Un tipo de reductor de velocidad muy utilizado, que se compone de una corona dentada (habitualmente de bronce) que se embute en un eje de acero. Por tanto, la corona establece en todo momento un contacto directo con un husillo de acero en forma de tornillo sin fin.
De este modo, si el tornillo sin fin da una
vuelta completa, el diente de la corona avanza a su vez y reduce la velocidad
del motor en cuestión. Un tipo de reductor que es considerado obsoleto por
algunos profesionales y expertos, pero que sin embargo sigue siendo
el reductor de velocidad más demandado y comercializado en los
trabajos mecánicos.
En el caso de los reductores
ortogonales, destaca la particularidad de que sus ejes están posicionados de
manera que dan lugar a un ángulo perfecto de 90º. Elementos ideales para
trabajar con cintas transportadoras que soportan altas cargas de peso, ya que
estos aguantan a la perfección grandes esfuerzos. Por su parte,
los reductores paralelos son muy utilizados en aquellos casos donde
se precisa un aparato o máquina de dimensiones reducidas.
Estos se distribuyen en dos versiones, la que utiliza un eje macizo y la que trabaja mediante un eje hueco, por lo que se debe elegir en función de las necesidades presentadas por el usuario. Una solución ideal para ahorrar en espacio y peso, y al mismo tiempo conseguir un rango de potencia de hasta 200 kW.
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