Conocemos como plantas de tratamiento de aguas residuales o plantas de depuración a aquellas instalaciones en las que se purifica el agua residual. El agua proviene de fuentes domésticas o industriales a través de un conjunto de operaciones. En estos procesos se involucran las bombas para aguas residuales.
Estas operaciones se clasifican en:
Operaciones Unitarias Físicas (ninguna reacción química involucrada)
Operaciones o Procesos Químicos (ocurren reacciones químicas)
Operaciones o Procesos Biológicos (involucran reacciones biológicas o bioquímicas)
El objetivo principal de los diversos procesos de tratamiento de aguas residuales es maximizar la efectividad de los procesos de purificación natural. También definidos como procesos de auto purificación de ríos y vías fluviales.
Una planta de tratamiento de aguas residuales típica generalmente está diseñada para lograr los siguientes propósitos:
Proteger la salud pública
Proteger los suministros públicos de agua
Proteger la vida acuática
Preservar usos específicos del agua
Proteger los territorios adyacentes
El tratamiento de aguas residuales también está diseñado para que los diversos procesos que lo componen se implementen en un entorno controlado y limitado. En vez de que sea en una gran parte de la extensión de ríos y arroyos.
Además, las plantas de tratamiento están diseñadas para eliminar todos los demás contaminantes que generalmente no se eliminan mediante procesos naturales. Así como del tratamiento de los componentes sólidos que se generan durante las fases individuales del proceso. El efluente de las plantas de tratamiento de aguas residuales se reinyecta al subsuelo. Se emplea como fertilizante o se vierte, según los distintos condicionantes establecidos por las autoridades ambientales.
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