Existen varios tipos de bombas para aguas residuales y tratamiento de agua potable. Uno de los tipos más funcionales y utilizados es la bomba peristáltica. Este tipo de bombas tienen alojado en su interior un elemento tubular, que se comprime por la acción del rotor y recupera al instante su forma inicial. En estos dos pasos se crea vacío y se aspira fluido.
Entre sus funcionalidades destacamos que son bombas volumétricas. Estas bombas son de desplazamiento positivo, son autoaspirantes y pueden girar en seco. Son reversibles ya que no tienen cierres mecánicos o válvulas. A demás, son silenciosas, fáciles de limpiar y de mantenimiento muy sencillo.
El lodo puede suponer un problema con otro tipo de bombas industriales, las bombas peristálticas son resistentes a la abrasión, por lo que son las más adecuadas para la transferencia de lodos. La precisión con la trabajan en la dosificación y su resistencia a la corrosión las hace herramientas de excelentes resultados.
Dado el proceso de bombeo utilizado por las bombas peristálticas, la manguera es la única pieza que siempre entra en contacto con el líquido que se bombea. Es higiénica y no provoca fugas. El líquido que se dosifica se mantiene dentro de la manguera de goma, que luego se comprime mediante la acción de una zapata giratoria y fuerza al líquido interior.
Las bombas peristálticas son la opción perfecta para la dosificación de hipoclorito de sodio para plantas de tratamiento de aguas residuales en todo el mundo. Al restituir la manguera, el vacío resultante deriva más líquido. Este proceso se conoce como peristalsis y convierte a la bomba peristáltica en la primera opción para la medición de líquido. Las variaciones en el tipo de manguera permiten una baja resistencia e incluso dosificación de alta resistencia.
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