La
tecnología detrás de los intercambiadores de calor los vuelve una excelente
alternativa tanto en sistemas de calefacción como de refrigeración industrial,
en sustitución de serpentines u otros equipos más básicos.
Si
bien existen diversos usos para cada tipo de intercambiadores de calor
existentes, en general estos equipos son utilizados para recuperar calor entre
dos corrientes que intervienen en un proceso. De su adecuada elección dependerá
la eficiencia de todo el sistema y, por supuesto, el ahorro de recursos e
incremento en la producción.
Para
entender fácilmente el funcionamiento del intercambiador de calor, podemos
tomar como referencia el radiador de cualquier vehículo. El motor calienta el
fluido refrigerante. Este último se refresca por el contacto con las corrientes
de aire, logrando así reducir la temperatura del primero tras circular por su
interior.
Ventajas
1.
ahorra energía: los intercambiadores de calor de placas son hasta cinco veces más
eficientes que los diseños de carcasas y tubos.
2.
ahorro de espacio: los intercambiadores de calor de carcasa y tubos utilizan
significativamente más espacio que los intercambiadores de calos de placas.
3.
Fácil mantenimiento: pueden operar
eficientemente durante más de diez años sin mantenimiento. Piezas
modulares de fácil acceso para
inspección o limpieza mecánica.
Los
patrones especiales de placa corrugada aseguran un alto grado de turbulencia
en toda la placa. Lo que reduce el
ensuciamiento,
Sino
que también hace que la limpieza sea muy efectiva.
4.
Fácil ajuste de la capacidad: los
intercambiadores de calor de placas facilitan el ajuste de la capacidad para satisfacer
las necesidades, simplemente agregando o
retirando las placas.
5.
menor costo de capital: los intercambiadores de calor de placas pesan menos de
1/16 del peso total de los intercambiadores de carcasa y tubos y utilizan 1/10
del espacio del piso. Eso significa ahorros inmediatos en los costos de envió,
manejo e instalación.